¿Qué es la calidad?, ¿cuándo nació y cómo creció?
Si enfocáramos con un microcopio y apuntáramos a la esencia de la calidad, nos daríamos cuenta que la calidad es innata en el hombre, es un gen que está dentro de todos, es un gen universal el cuál la mayoría busca, es un gen que ha evolucionado y los hemos trasmitidos de generación en generación.
Digo esto porque es obvio que el hombre siempre apunta a buscar y a querer lo bueno, lo excelente, lo mejor de lo mejor, tendríamos que estar “locos” o deprimidos o “desubicados” para querer buscar lo malo, lo feo y lo peor.
Según Charles Darwin, sólo los mejores genes y las mejores especies e individuos lograrán perpetuarse en esta tierra, sólo los más fuertes ganarán las batallas. Pues bien en realidad esto es un hito importante para la calidad, esto es en realidad el núcleo de la calidad, la calidad no nace desde el momento de la concepción de certificadoras o normas o empresas que las apliquen, la idea de calidad y la experiencia de calidad nace y crece con el hombre.
Desde el hombre nómada y recolector, pasando por el hombre cavernícola y el hombre que va a al espacio, han pasado miles de años, pero en todo este tiempo, el hombre no ha dejado de trasmitir aquello que creía que era bueno, para su descendencia. Siempre ha escogido los mejores alimentos para sus crías, siempre ha escogido los mejores sustratos para construir sus viviendas, siempre ha escogido las mejores tierras para cultivar. Aunque es cierto que el hombre también ha pasado duras épocas donde no había mucho por escoger y por ende no siempre ha podido “preferir la calidad”.
La calidad, tal cual hoy la conocemos, ya era la praxis, la razón de existir, la razón de ser, el medio y el fin de muchos pueblos y civilizaciones antiguas. Sin la “calidad” muchos pueblos hubieran sido presa del caos y del desorden en todos sus estratos y bases como sociedad. Ya hace poco más de dos mil años, el famoso artículo 229,del Código de Hummurabi, nos decía: “Si un albañil construye una casa para un hombre, y su trabajo no es fuerte y la casa se derrumba matando a su dueño, el albañil será condenado a muerte”.
No muy lejana era nuestra realidad. Nuestras culturas pre incas y los incas ya tenían y manejaban estándares de calidad arquitectónicos o de ingeniería, sino cómo se explica la ciudad de barro de Chan-Chan, las fortaleza de Saccsayhuaman y MacchuPicchu, las Líneas de Nazca, entre otras bellezas; sus andenes y técnicas agrícolas, así como sus bellísimas cerámicas, orfebrerías y telares como los paracas. Y es tanta la obsesión innata del hombre por lo buscar lo bueno y lo excelente que aún cuando muere anhela “tener una vida de calidad en el más allá”. Sus credos de ofertar lo mejor de lo mejor a sus dioses, y afán por enterrar a sus más altas autoridades con lo mejor que tenían ya indica algo importante, algo que va más allá de lo que yo pueda describir.
El hombre de hoy, es sólo el “exportador” de aquello que aprendió ayer, de aquello que sus grandes culturas le han enseñado, de aquello que el hombre antiguo ya sabía y aprendió por experiencia y se lo transmitió. Estaría demás una excelente norma de estándar de calidad, si yo no llevo dentro de mi esencia el afán por la calidad.
Los meollos y antecedentes de la calidad
El hombre, como buen aprendiz, observador y curioso; fue aprendiendo a lo largo de sus existencia muchas cosas importantes que marcaron su supervivencia y desarrollo.
En mi concepción hubieron ciertos hecho importantes que marcaron al hombre, y esto no sólo lo comparto yo, si muchos estudiosos.
Un primer suceso importantísimo para el hombre, fue el descubrimiento del fuego. Este le dio por decirlo menos, muchísimas luces, sin este gran descubrimiento no hubiese podido domar fieras, ni alimentarse de ellas, y por ende no hubiese podido seguir su largo camino de existencia. Pues aunque sea gracioso lo que les esté comentando, no estaríamos aquí, ni seríamos lo que somos, sin este gran paso.
Otro gran paso importante no menos despreciable, es el descubrimiento de la agricultura. Este paso le permite contar más días de su vida, y poder proyectarse en la alimentación de sus grupos o clanes, y con el paso del tiempo le permitió conquistar y domesticar muchas plantas silvestres las cuales serían fundamentales para su desarrollo.
Se imaginan más pasos importantes, sin comunicación? ¿Cómo nació? Es un largo capítulo, pero cómo influyó en el boom del desarrollo humano, todos lo sabemos. Es imposible hablar de que el hombre transmita algo con más énfasis a sus descendencias, sin lenguaje y escritura –dicho sea de pasó mucho tiempo para llegar a ambos, es imposible palpar y dejar grabadas las vivencias y experiencias, creencias, costumbres y credos a largo del tiempo sin pilares de comunicación. Y a su vez es imposible hablar de desarrollo humano, sin instintos de conquistas, este instinto fue primordial para el hombre, por que le permitió llegar y pelar por diversos lugares, lo que él creía que era bueno y necesario.
El hombre avanzó en inteligencia y en convivencia humana, descubrió cómo conservar alimentos, que la tierra es redonda; y creó muchas cosas como el papel, la pólvora, la tinta, la rueda, la bombilla eléctrica, el microscopio, las bombas, los aviones, etc, etc. Pero hubieron dos etapas también importantes que hicieron que la calidad –como la entendemos hoy- se valla moldeando y naciendo, y estas son la industrialización y la segunda guerra mundial.
Fue con el boom demográfico y su aumento en necesidades y servicios, lo que sobrevino la industrialización, e hizo necesaria la necesidad de crear en las empresas, departamentos o secciones que se encargaran de vigilar y controlar los productos antes de salir al mercado. Y esto a su vez hizo necesaria la intervención de los gobiernos en dar las primeras leyes para garantizar la calidad en los productos o servicios. Fue entonces que Henry Ford, a inicios del siglo pasado, implantó dos métodos que revolucionarían la revolución industrial, estos eran: cadena de montaje, es decir realizar un auto tipo y luego realizar autos en cadena o en serie; y la aplicación de la calidad, es decir el uso de métodos estandarizados, logrando homogeneidad.
En 1920 y 1940, la empresa Bell Systen y Westem Electric, instituyeron un departamento de inspección, donde se veían los defectos en sus productos. Y en 1935, Pearson E. S. fue quien desarrolló la British Estándar 600, la cual fue orientada hacia el aseguramiento de la calidad, y la norma Z-1 Standard que se desarrolló durante la segunda guerra mundial, se hizo con el fin de asegurar la calidad del material bélico.
Los demás pasos vinieron por efecto dominó: comités internacionales de calidad, instituciones gubernamentales de calidad, normas de calidad de diverso índole y orientación, certificadoras, auditoras, etc; a lo cual se aunaron las empresas en pos de las conquistar de los mercados, de saltar las vallas impuestas por gobiernos o ministerios, en pos de lograr reconocimiento, en pos de conquistar al más engreído de las cadenas de producción: el consumidor (el hombre).
Si enfocáramos con un microcopio y apuntáramos a la esencia de la calidad, nos daríamos cuenta que la calidad es innata en el hombre, es un gen que está dentro de todos, es un gen universal el cuál la mayoría busca, es un gen que ha evolucionado y los hemos trasmitidos de generación en generación.
Digo esto porque es obvio que el hombre siempre apunta a buscar y a querer lo bueno, lo excelente, lo mejor de lo mejor, tendríamos que estar “locos” o deprimidos o “desubicados” para querer buscar lo malo, lo feo y lo peor.
Según Charles Darwin, sólo los mejores genes y las mejores especies e individuos lograrán perpetuarse en esta tierra, sólo los más fuertes ganarán las batallas. Pues bien en realidad esto es un hito importante para la calidad, esto es en realidad el núcleo de la calidad, la calidad no nace desde el momento de la concepción de certificadoras o normas o empresas que las apliquen, la idea de calidad y la experiencia de calidad nace y crece con el hombre.
Desde el hombre nómada y recolector, pasando por el hombre cavernícola y el hombre que va a al espacio, han pasado miles de años, pero en todo este tiempo, el hombre no ha dejado de trasmitir aquello que creía que era bueno, para su descendencia. Siempre ha escogido los mejores alimentos para sus crías, siempre ha escogido los mejores sustratos para construir sus viviendas, siempre ha escogido las mejores tierras para cultivar. Aunque es cierto que el hombre también ha pasado duras épocas donde no había mucho por escoger y por ende no siempre ha podido “preferir la calidad”.
La calidad, tal cual hoy la conocemos, ya era la praxis, la razón de existir, la razón de ser, el medio y el fin de muchos pueblos y civilizaciones antiguas. Sin la “calidad” muchos pueblos hubieran sido presa del caos y del desorden en todos sus estratos y bases como sociedad. Ya hace poco más de dos mil años, el famoso artículo 229,del Código de Hummurabi, nos decía: “Si un albañil construye una casa para un hombre, y su trabajo no es fuerte y la casa se derrumba matando a su dueño, el albañil será condenado a muerte”.
No muy lejana era nuestra realidad. Nuestras culturas pre incas y los incas ya tenían y manejaban estándares de calidad arquitectónicos o de ingeniería, sino cómo se explica la ciudad de barro de Chan-Chan, las fortaleza de Saccsayhuaman y MacchuPicchu, las Líneas de Nazca, entre otras bellezas; sus andenes y técnicas agrícolas, así como sus bellísimas cerámicas, orfebrerías y telares como los paracas. Y es tanta la obsesión innata del hombre por lo buscar lo bueno y lo excelente que aún cuando muere anhela “tener una vida de calidad en el más allá”. Sus credos de ofertar lo mejor de lo mejor a sus dioses, y afán por enterrar a sus más altas autoridades con lo mejor que tenían ya indica algo importante, algo que va más allá de lo que yo pueda describir.
El hombre de hoy, es sólo el “exportador” de aquello que aprendió ayer, de aquello que sus grandes culturas le han enseñado, de aquello que el hombre antiguo ya sabía y aprendió por experiencia y se lo transmitió. Estaría demás una excelente norma de estándar de calidad, si yo no llevo dentro de mi esencia el afán por la calidad.
Los meollos y antecedentes de la calidad
El hombre, como buen aprendiz, observador y curioso; fue aprendiendo a lo largo de sus existencia muchas cosas importantes que marcaron su supervivencia y desarrollo.
En mi concepción hubieron ciertos hecho importantes que marcaron al hombre, y esto no sólo lo comparto yo, si muchos estudiosos.
Un primer suceso importantísimo para el hombre, fue el descubrimiento del fuego. Este le dio por decirlo menos, muchísimas luces, sin este gran descubrimiento no hubiese podido domar fieras, ni alimentarse de ellas, y por ende no hubiese podido seguir su largo camino de existencia. Pues aunque sea gracioso lo que les esté comentando, no estaríamos aquí, ni seríamos lo que somos, sin este gran paso.
Otro gran paso importante no menos despreciable, es el descubrimiento de la agricultura. Este paso le permite contar más días de su vida, y poder proyectarse en la alimentación de sus grupos o clanes, y con el paso del tiempo le permitió conquistar y domesticar muchas plantas silvestres las cuales serían fundamentales para su desarrollo.
Se imaginan más pasos importantes, sin comunicación? ¿Cómo nació? Es un largo capítulo, pero cómo influyó en el boom del desarrollo humano, todos lo sabemos. Es imposible hablar de que el hombre transmita algo con más énfasis a sus descendencias, sin lenguaje y escritura –dicho sea de pasó mucho tiempo para llegar a ambos, es imposible palpar y dejar grabadas las vivencias y experiencias, creencias, costumbres y credos a largo del tiempo sin pilares de comunicación. Y a su vez es imposible hablar de desarrollo humano, sin instintos de conquistas, este instinto fue primordial para el hombre, por que le permitió llegar y pelar por diversos lugares, lo que él creía que era bueno y necesario.
El hombre avanzó en inteligencia y en convivencia humana, descubrió cómo conservar alimentos, que la tierra es redonda; y creó muchas cosas como el papel, la pólvora, la tinta, la rueda, la bombilla eléctrica, el microscopio, las bombas, los aviones, etc, etc. Pero hubieron dos etapas también importantes que hicieron que la calidad –como la entendemos hoy- se valla moldeando y naciendo, y estas son la industrialización y la segunda guerra mundial.
Fue con el boom demográfico y su aumento en necesidades y servicios, lo que sobrevino la industrialización, e hizo necesaria la necesidad de crear en las empresas, departamentos o secciones que se encargaran de vigilar y controlar los productos antes de salir al mercado. Y esto a su vez hizo necesaria la intervención de los gobiernos en dar las primeras leyes para garantizar la calidad en los productos o servicios. Fue entonces que Henry Ford, a inicios del siglo pasado, implantó dos métodos que revolucionarían la revolución industrial, estos eran: cadena de montaje, es decir realizar un auto tipo y luego realizar autos en cadena o en serie; y la aplicación de la calidad, es decir el uso de métodos estandarizados, logrando homogeneidad.
En 1920 y 1940, la empresa Bell Systen y Westem Electric, instituyeron un departamento de inspección, donde se veían los defectos en sus productos. Y en 1935, Pearson E. S. fue quien desarrolló la British Estándar 600, la cual fue orientada hacia el aseguramiento de la calidad, y la norma Z-1 Standard que se desarrolló durante la segunda guerra mundial, se hizo con el fin de asegurar la calidad del material bélico.
Los demás pasos vinieron por efecto dominó: comités internacionales de calidad, instituciones gubernamentales de calidad, normas de calidad de diverso índole y orientación, certificadoras, auditoras, etc; a lo cual se aunaron las empresas en pos de las conquistar de los mercados, de saltar las vallas impuestas por gobiernos o ministerios, en pos de lograr reconocimiento, en pos de conquistar al más engreído de las cadenas de producción: el consumidor (el hombre).
Artículo hecho por: Martín M. Arévalo Mogollón.
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